¿Esponja menstrual? Lo bueno, lo no tan bueno y si realmente vale la pena

La menstruación viene con todo: emociones, memes, ganas de abrazar una bolsa de agua caliente…
Y también con una gran pregunta: ¿qué me pongo? (y no hablamos de ropa).

Si ya probaste toallitas, tampones, copa y sigues sintiendo que “meh, no es lo mío”, o es no me gusta para?…la esponja menstrual puede ser esa opción que no sabías que necesitabas.

Pero… ¿es segura? ¿Es cómoda? ¿Se siente? ¿Hay que ir con linterna a buscarla?
Tranquila, que aquí te contamos lo bueno, lo incómodo y si vale la pena de verdad.

Ventajas que nos hacen decir “sí, por favor”

No se siente

En serio. Es blandita, se adapta a tu cuerpo y cuando está bien colocada… ¡chau sensación! Puedes caminar, bailar o tirarte en la cama en posición fetal sin que te moleste. Se te puede olvidar hasta que la tienes puesta! controla las horas.

Sin cuerdita colgando

Perfecta para quienes no quieren ver el hilo del tampón en la playa, en la ducha o en el momento sexy. 👀¡Póntela incluso para ir a depilarte si lo tuyo es la completa!

Relación amigable con tu cuerpo

Es ideal para quienes quieren conocer su cuerpo, sin estructuras duras como pasa con muchas copas menstruales que nos hacen daño, ni químicos raros o restos en tu cuerpo. Viene lubricada y lista para usar.

Puede usarse durante las relaciones

Porque nos suele pasar que nuestro deseo se dispara y las ganas nos atacan, te olvidas de esperarte, las sábanas o del “es que” si te apetece y no quieres manchar, disfruta sin pausa con ella.

Pero… ¿tiene desventajas?

Como todo, hay detalles que tienes que saber para que la experiencia sea buena desde el inicio:

• Tienes que cambiarla con algo más de frecuencia si tienes flujo muy abundante que con la copa menstrual, pero tiene una capacidad mayor que un tampón súper.
• Las primeras veces puedes necesitar práctica para colocarla y retirarla, al mantener relaciones. Relájate, y simplemente introduce tus dedos en tu vagina insertando tu dedo en el agujerito. ¡Listo! La primera vez que la uses, pruébala un día para tu periodo solo y así verás que está donde la dejaste.
• No es reutilizable durante años como una copa.

Aun así, nosotras creemos que los beneficios reales superan esos puntos.

Comparativa exprés con otros métodos

 

¿Es para ti?

• Si buscas una opción suave, sin plástico, ni algodón, y que no te incomode.
• Si priorizas la comodidad por encima de todo.
• Si quieres probar algo nuevo, sin drama y sin “cuerditas”.
• Si te molesta la copa, o te duele al quitarla o ponértela.
• Si estás harta de sufrir poniéndote un tampón de lo seca que te dejan y a veces ves las estrellas para conseguir luego sacarlo.
• Si te agrada la idea de tener más libertad durante tu ciclo, sin sentirte “muy consciente” de que estás menstruando.
• Si queries disfrutar del sexo sin estar pendiente nada más que de tu placer.
• Si quieres buscar algo cómodo, discreto y sin complicaciones.

No es lo mejor si tienes flujo muy abundante el primer día y quieres olvidarte por muchas horas. Pero si estás dispuesta a conocer tu cuerpo (e introducir tus dedos 5 segundos en tu vagina), puede ser un antes y un después.

 

Entonces… ¿vale la pena?

Sí.
Vale la pena probarla.

Porque es como un tampón, pero mejor, y puede cambiar cómo vives tu menstruación.

Y también creemos, que se puede complementar con tu copa favorita para cuando necesitas hacer algo que con la copa o el tampón, ¡no puedes!

La esponja menstrual es cómoda, práctica, suave y muy fácil de incorporar a tu rutina con un poco de práctica. Muchas mujeres nos cuentan que ya no quieren usar otra cosa.

Prueba, escucha a tu cuerpo, ríete si algo no sale perfecto al principio, y elige lo que te haga sentir bien.

En Confort 365 la usamos, la amamos y la recomendamos. Porque cada ciclo es distinto, y tu comodidad también merece opciones que se adapten a ti.

¿Te animas a probarla?

¡Cuéntanos!